En Clínica Lucía Trujillo veo a menudo pacientes que no se dan cuenta de lo mucho que morderse las uñas, un hábito conocido como onicofagia, puede afectar a su salud bucal. Aunque pueda parecer inofensivo, esta costumbre puede provocar problemas que van más allá de la estética de las manos.
Cómo afecta morderse las uñas a los dientes
La presión constante sobre los dientes al morder uñas puede generar desgaste del esmalte, pequeñas fracturas e incluso desplazamientos dentales con el tiempo. Además, este hábito fuerza la articulación temporomandibular (ATM), lo que puede derivar en dolor, chasquidos o dificultad para abrir y cerrar la boca.
Riesgo de infecciones
Las uñas acumulan bacterias, hongos y virus que, al introducirse en la boca, pueden causar infecciones en encías y mucosas. En pacientes con ortodoncia, este riesgo aumenta, ya que los brackets facilitan que esos microorganismos se adhieran y se multipliquen.
Relación con el estrés y la ansiedad
En muchos casos, la onicofagia está asociada a situaciones de nerviosismo o ansiedad. Abordar el origen emocional de este hábito es clave para poder dejarlo y proteger tanto la salud bucal como la general.
Consejos para dejar la onicofagia
En nuestra clínica recomendamos estrategias como mantener las uñas cortas, usar esmaltes de sabor amargo, sustituir el hábito por otras actividades y, en casos más persistentes, buscar apoyo psicológico. Cuando el daño dental ya está presente, valoramos tratamientos como reconstrucciones, carillas o ajustes de mordida para devolver la funcionalidad y estética.
Morderse las uñas no es solo un hábito nervioso: es una puerta de entrada a problemas dentales y de salud que se pueden prevenir. En Clínica Lucía Trujillo te ayudaremos a cuidar de tu sonrisa y a romper con costumbres que la ponen en riesgo. Pide tu cita y da el primer paso para proteger tu salud bucodental.